Freedom

Freedom

viernes, 13 de marzo de 2015

Tu sigues, y el mundo gira.

El otro día en el autobús, si ese sitio tan pintoresco donde lo mismo te encuentras a la pareja de abuelitos felices, o un chaval con gafas de culo de vaso, que el máximo amor que ha sentido ha sido por su Xbox, me encontré a dos muchachas que rozaban los quince hablando de lo mucho que habían cambiado. Son las típicas conversaciones que no te interesan, pero que te dan que pensar.

Y yo pues claro, pensé. ¿Qué sabrán ellas del cambio de las cosas?

Ahora si he pensado en todo lo que había cambiado, pero ese todo, era un todo muy pequeño.

Sigo siendo la misma. Sí, esa que se pone cinco despertadores para poder llegar con el tiempo justo a clase. La que no lleva nada de orden, nunca. No intentes buscar algo en mi bolso porque probablemente no lo encuentres. La que hace la maleta a última hora, a mogollón y llena de “por si”. Me encantan los por si. Son los propósitos que aunque no creas, tu subconsciente quiere llegar allí. Quiere conseguirlo.

Me sigo lavando el pelo cada vez que me ducho, porque soy de las que piensa o te acicalas entera o vas a medias.

Sigo llevando mi móvil en el bolsillo trasero del pantalón, si no lo llevo en la mano claro está. No soy capaz de conducir sin música, y me pinto las uñas por no comermelas, pero me como el esmalte. Me gusta el vodka con red bull, y la tortilla de patatas poco hecha.

Sigo saliendo cada vez que puedo, mejor dicho, que quiero. Que no me voy a quedar un San Valentín llorando porque no me van a regalar cuatro tonterías, un ramo de flores, y una tarjetita en la que pone un "para siempre". Pienso que los para siempre no existen. Por ahora las tarde de manta y pelicula, las voy a seguir pasando sola, o con amigas, que siempre son pocas.

Sigo siendo la cabezota de siempre. La que no va a parar hasta conseguir aquello que se propuso. Un día me propuse ganar la lotería; que no cunda el pánico, todavía tengo tiempo. No soporto el compromiso, pero no el sentimental, sino el de hacer las cosas por obligación. Si no quieres hacer algo, pues lo dices y punto. Y quien no lo quiera asía, pues que se joda.

Sigo siendo la cobarde que no dice las cosas por no herir a los demás, pero que cuando el vaso se llena, acaban haciendo daño. Luego observé lo igual que seguía siendo, y en todo lo que había cambiado a mi alrededor. Que yo soy la misma pero que el mundo gira.

Habían pasado miles de personas por mi lado, algunas para quedarse; y algunas que estaban, se habían ido. Mi pregunta es si se fueron porque quisieron o porque las eché, y la verdad es que el motivo me da igual, sólo se que ya no están.

Sigue existiendo esa tía diez en la que piensas cada vez que escuchas esa canción o ves esa película. La que te llamaba sólo con ver que algo raro te pasaba. La que llegaba media hora tarde, o que ni siquiera se presentaba. La que te presentaba a sus amigas, e incluso te hacía de celestina.

Sigue estando la que se preocupa porque tengas como ir a los sitios o porque desde pequeña me enseñaron a no ser egoísta, aunque en ocasiones sea ser "gilipollas". Sigue habiendo una valiente dentro de ella, la que hizo que un día se liara la manta a la cabeza y te dijera todo lo que pensaba de ti. No esperaba ni una simple respuesta, sólo quería empezar a dormir tranquila, ya fuera contigo o sin ti. Yo no se si tú no respondiste "si" a aquella proposición tan indecente, si por vergüenza o por miedo, lo cierto es que no has dejado ni un momento de arrepentirte por ello.

Sigue vigente la teoría de que la tierra es redonda, y permiteme decir, que por muchos caminos opuestos que toméis, acabareis coincidiendo. Por mucho que os parezca el final, siempre habrá un comienzo.

Todo es eterno mientras dura. La vida está para disfrutarla no para vivirla




No lo pienses ni un segundo.

Y ahora corre, gilipollas. Sal de casa, no te cojas las llaves, ¿para qué?. Coge la cartera, que la cosa no está barata para ir mendigando. Plántate en la estación y coge el primer tren que encuentres. “Qué le digo”, “Qué hago”, “No tendría que haber hecho esto”, ‘Tendría que haber dicho que SÍ’. Quítate esas mierdas de la cabeza, los viajes en tren están hechos para poner los pies en el asiento de enfrente y que el revisor te eche la bronca. Para ir escuchando vuestra canción favorita. Para quedarte dormido en el hombro de la viejecita de al lado. Espera a que se abran las puertas y vuelve, vuelve a correr, maldito gilipollas. Esquiva a la gente, ábrete paso, empújala si hace falta, que se jodan, ellos no tienen tus ganas, ellos están muertos por dentro. Qué sabrá toda esta gente del amor. Llama a su timbre, pues claro que no puedes esperar. La puerta está abierta, sube las escaleras de tres en tres, tropiézate si hace falta. Haz ruido, mucho ruido, tienes una puta filarmónica en el pecho y no te da la gana de callarla. Allí está. Mirándote. Atónita. Qué guapa está. Cógele la cara con las manos y cómele la boca. Cómesela como si llevases meses sin desayunar. Con ella.

Eso es lo que ella piensa que harías, lo que estaría bien hacer.


Pero lo que haces de verdad es muy diferente. Te quedas mirando esa pantalla del móvil, esa conversación en la que lo único que haces bien es escribir las tildes para quedar serio. No arriesgas. Y quien no arriesga no gana. Y tu la acabas de perder. Acabas de perder aquella chica a la que conociste por casualidad y la que te dio ganas. ¿De qué?, de lo que sea, pero te hizo avanzar.

Así porque si.

Recuerdo cuando dijiste, que por una vez en la vida, hay que cambiarle la vida a alguien; como Albert Einstein, que decía que si pasas el resto de la vida de un pez enseñándole a trepar a un árbol, pasaría el resto de su vida pensando que es un inútil. A eso me refiero. A que todos tenemos un lugar donde ser brillantes, pero el día que la humanidad entienda que el físico es secundario, se dará cuenta de porque de un regalo siempre tira el envoltorio. Por eso no es la mirada, es quien te mira, como cuando sientes algo que nunca has sentido y lo mejor es averiguar que es.

Y es que muchas de las mejores cosas de la vida son aquellas que nadie ha descubierto antes, como aquel desierto que ahora todo el mundo llama Las Vegas, o como conectar a todo el planeta entero a través de un hilo y llamarlo Internet. Y tranquilo, que no son las veces que te caes, es como te levantas. Que merece la pena luchar por aquello que te haga sentir vivo, porque no hay nada que merezca tu alegría que se consiga sin esfuerzo.

Prométeme que correrás bajo la lluvia y demostraras al mundo entero de todo lo que eres capaz, que yo ya se que la gente entra y sale de nuestras vidas casi tantas veces como aire respiramos, pero te tienes que quedar con quien te baje las estrellas y no con quien te haga soñar con ellas.

¿Sabes como reconocer a alguien especial? Por los abrazos. Porque cuando te dan uno de esos abrazos, que hacen que se detenga el tiempo y que suspires profundo deseando que ese instante sea eterno, cuando eso sucede, me doy cuenta de que todo es posible. Y ahí es cuando me acuerdo de ti, que tendemos a cometer ese grave error de esperar a que ocurra algo tan caótico que le de la vuelta a la vida para dar el paso, para arriesgarse, probar cosas nuevas, decir TE QUIERO, sentir, enamorarse, vivir.

¿Que tal un así porque si? Porque me apetece aquí y ahora contigo. Que al miedo hay que mirarle de frente y a los ojos y así puedes dejarte llevar por ese puto motor que te late en el pecho, que toda pesadilla tiene su despertar, porque el valor es el resultado de un gran miedo y tu has llegado a mi vida como los superheroes, dispuesto a quitármelo. No me rindo porque se que te prometí que nunca lo haría.


Solo quería decirte que tampoco se como se sale de Roma, pero si lo supiera, pasearía todos sus caminos contigo.

jueves, 12 de marzo de 2015

Eternos e infinitos

Tu y yo. Juntos. En mi cama bajo las mantas.
Te tengo acurrucado dormidito a mi izquierda y no sabes la ternura que me provoca. Eres un angelito, si de por si eres adorable, cuando duermes mas aún. 

Estas malito, no me gusta verte así, y menos por mi culpa, se me parte el alma.

No ceso de acariciarte el pelo mientras tienes una respiración agitada, mientras lo hago, me paro a pensar. Tres meses, los tres mejores meses de toda mi vida. ¿Como una persona que ni conocía en tan poco tiempo se ha podido convertir en algo tan importante para mi? eres el principal pilar que sostiene mi vida.
Simplemente, mirandote, a pesar de que sigas durmiendo me doy cuenta que no necesito otra cosa que no sea estar contigo para ser feliz, cada día necesito tus besos, tus abrazos, tus susurros, tus sonrisas, si, esas que son el motivo de todas las mías , te necesito a ti.

Sé que cada día que te vea voy a tener garantizada la felicidad y el no cesar de sonreír . A pesar de que pasemos por altibajos y malas rachas, no imagino una vida en la que todo ello no este a mi lado, en la que me despierte cada mañana y con legañas en los ojos no abra tu conversación para decirte un "buenos días pequeñito" y en la que no me tope con un "buenos días enana".

Se que es pronto, que ninguna historia es eterna ni infinita, que somos demasiado jóvenes y nos queda mucho que vivir y por lo que pasar, pero contigo me paro a pensar. ¿Como será el día en el que te canses de mi y me digas que no quieres seguir a mi lado?  si eres mi vida entera. Mi vida carecería de sentido. 

No seria lógico ni normal pensar en un futuro lejano juntos, tu y yo haciendo nuestra vida el uno apoyándose en el otro, pero ¿sabes que? pagaría millones, mataría si hiciese falta por ello, porque hoy por hoy no se vivir sin ti,  y este sentimiento cada día crece más y más así que se, que cuando llegue ese momento, ya no habrá motivo para seguir, pero hasta entonces pienso aprovechar y disfrutar cada momento y cada segundo que la vida me brinde a tu lado, porque llegaste cuando más te necesitaba y no te pienso soltar jamás.

Te quiero por encima de cualquier pero pequeñito mio ❤

lunes, 9 de marzo de 2015

Huir hacia lo infinito.

Conozco lo que siento. Sé lo que soy. Y desde hace un tiempo, vivía feliz, inmersa en mi sueño. Hoy me han despertado a golpes de el. La intolerancia, la injusticia y la insensatez han abierto la puerta sin llamar y se han llevado toda mi ilusión.

No sé si lograré volver a dormir y soñar de nuevo. No sé si conseguiré ilusionarme otra vez. No sé si esto sólo ha sido un puñetazo de realidad en pleno estómago de mi fantasía.

Necesito sentirle cerca. Olerle. Tocar las yemas de sus dedos y buscarme dentro de sus pupilas. Pero sé que la única manera de aproximarme a el será a través de los recuerdos. Intangibles y espaciados recuerdos. La única verdad que nos queda.

En estos momentos, sólo quiero huir hacia lo infinito. Atraparlo en la distancia y llevármelo hasta el horizonte más lejano. Escaparnos de todo y de todos. Creernos los únicos supervivientes de un huracán de decisiones.

Sin embargo, estoy sola. El se ha ido. Está atado de pies y manos. Encadenado por la sinrazón de quien debe protegerle. Yo le protegería con besos y caricias, pero no tengo poder para atravesar esas barreras.

Buscaré en la melancolía mi pañuelo y me secaré las lágrimas con su sonrisa.

No me queda más remedio que ser paciente y que los días curen mi tristeza.