Imagínate
Tu y yo. Juntos. Desnudos. En una cama. Piel con piel.
Acariciándonos, besándonos, mirándonos De repente te empiezo a
lamer el pecho, y el abdomen, y te pego un ligero mordisquito en el
pezón Te pone, mucho, pero te picas. Una sumisa no tiene derecho a
hacer eso. Me tiras contra la cama, me agarras una pierna y me pegas
una fuerte palmada en el muslo. Me vendas los ojos. Poco a poco me
siento mas débil Ya no te veo. Aunque si puedo tocarte y
acariciarte. Aunque sepa que por poco tiempo. Me atas las manos en el
cabezal de la cama. Ahora solo puedo sentirte. Sin más. No se que
vas a hacer ni en que momento. Me susurras. Me muerdes. Me
estremezco. Quieres escucharme gritar de placer pero a la vez quieres
que me sienta absolutamente débil y dependiente de ti. Decides
taparme la boca. Podrás ver lo que disfruto en mi forma de
retorcerme encima de la cama. En la forma en la que desencaje las
sabanas del sitio, en la forma en la que el simple movimiento de mi
cuerpo te suplique a ti. Sigues acariciando. Y cuando menos me lo
espero pero mas lo deseo me la metes. Fuerte. Duro. Y empiezan las
envestidas. Quiero tocarte. Sentirte. Acariciarte. Morderte. Pero no
puedo y eso no sabes lo que me frustra y desespera. Soy una sumisa.
Tu sumisa. Solamente tuya. Y sabes que? Eso me pone demasiado. Eres
mi amo. Mi señor. Mi dueño. Tienes absolutamente todo el poder
sobre mi. Y el poder de decidir si quieres que goce y disfrute o no.
Suena el cabezal de la calma golpeando y rebotando contra la pared.
Parece que la vamos a partir. Cada vez más duro. Más fuerte. Quiero
gritar. Quiero descargarme. Pero no puedo. Empiezo a retorcerme por
la cama. Llega uno de tantos orgasmos de los que voy a tener y eso te
gusta. Me da la sensación de que estas sonriendo victoriosamente. Te
gusta ver mi forma de sumisa disfrutando tanto y llegando a tales
extremos y comportándome como una cerda. Y sigues. Y sigues. Y
sigues. Ansío tocarte. Pero no puedo. El amo es sagrado. Nadie le
puede tocar y menos la sumisa. De repente aumentas la intensidad.
Estas a punto de llegar. Lo noto. Noto tus gemidos. El inicio de tu
orgasmo. Y de repente lo noto. Tu semen. Tu corrida. Tu yo entero.
Dentro de mi. Caliente. Te paras sin sacarla y mi abrazas. Me
destapas los ojos y la boca. Intento decirte lo mucho que me ha
gustado pero me callas con un beso. Cuanto placer. Cuanta confianza,
complicidad, sentimientos y emociones juntas. La sacas. Me desatas. Y
nos quedamos juntos. Abrazados en la cama. Felices. Piel con piel.
Sabiendo que dentro de unos minutos volveremos a repetir.
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