¿Qué
puede llevar a una persona a hacerse daño a sí misma?
¿Falta
de personalidad, debilidad, cobardía, valentía, desesperación,
inconsciencia, locura, querer llamar la atención, osadía, pedir
auxilio...?
No
lo sé.
Posiblemente,
ninguna de esas cosas, todas a la vez o mil razones diferentes más
que no consigo recordar o no me atrevo a señalar aquí.
La
decisión de cortarse, autolesionarse o intentar asfixiarse o
ahogarte no debe de ser nada fácil. Y conocer a personas que han
pasado por eso tampoco.
Es
muy duro para todos. Pero sobre todo es duro para quien lo sufre y
sigue viviendo inmerso en su tortura. No me imagino cómo debe de
sera el momento en el que eliges el método, el minuto y la manera.
¿Subirá la adrenalina o te morirás de miedo? ¿Temblarás?
Cuando
das ese paso adelante, estás dando varios hacia atrás. Ya nada en
tu vida será lo mismo, y las personas que se enteren de lo sucedido
nunca más de mirarán de la misma forma. Te conviertes en una
especie de cristal de Bohemia. Te vuelves frágil. Te rompes con más
facilidad y todos tienen más cuidado para no ser los causantes de
esa rotura.
Por
desgracia, vivimos en un mundo en el que nos equivocamos y perdemos
el rumbo más veces de las que deberíamos. Y una historia calca otra
historia. Y un impulso sirve para crear otros impulsos. Demasiado
iguales, demasiado comunes. Copiamos más lo negativo que lo
positivo.
Me
gustaría hablar con todas las personas para decirles que existen
soluciones. Otra manera de encarar la vida, aunque nada logre hacerte
feliz. Aunque te veas perdido en un lugar que ni siquiera es el tuyo.
Aunque el poco aliento que te queda no te sirva ni para respirar
adecuadamente.
Si
he aprendido algo en los pocos años que tengo es que me quedan
muchos años por vivir. Aunque suene redundante. La vida es una
cuestión de rachas. De rachas de todo tipo. Y si eliges el camino
malo, siempre habrá tiempo de volver al bueno o de seleccionar otro
camino más adelante. Puede que, esa vez, el camino, sea mejor.
A
esas personas, si pudiera hablar con ellas, les pediría que no se
rindan nunca. Que piensen en ellas, que piensen en los demás. En
todos esos que les quieren. Que se atrevan a pensar, Que se atrevan a
desafiar a la vida, Que se atrevan a no tener miedo. Ganarás,
perderás..., pero no arrojarás todo por la borda.
Respeto
mucho a las personas. Respeto lo que deciden. Respeto lo que hacen.
Siempre lo haré. Porque sé que vivir es difícil y porque sé que
en ocasiones lo único que te sale de dentro es tirar la toalla.
Pero
toca luchar. Toca hacer frente a los problemas. Porque si luchas y
haces frente tienes más posibilidades de encontrar lo que yo acabo
de encontrar: a esa persona que te convenza de todo esto que acabo de
escribir.
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